Si las deudas no te dejan dormir, te explicaremos dos métodos muy populares y recomendados que puedes utilizar para empezar a saldar esas deudas, puedes intentar combinarlas para obtener mayores beneficios. ¡Digamos adiós a los acreedores!
Con el método avalancha, te enfocas en pagar primero aquella deuda que tenga los intereses más altos. Lo que se busca es reducir el monto total a pagar por concepto de intereses. ¡Pero no dejarás a un lado las demás!
Si tu deuda es un crédito, pregúntate si puedes aumentar el monto de la cuota mensual. Si, por otro lado, tienes un consumo diferido en la tarjeta de crédito, lo que debes hacer es pagar la cuota total de cada mes o más, ¡no la cuota mínima!
¿Qué pasa con las demás? Para las deudas que tienen intereses más bajos, asegúrate de pagar la cuota mensual, en caso de créditos, o cubrir la cuota mínima en tu tarjeta de crédito. Así vas a sostener tu sistema de pagos hasta que termines con la primera deuda.
Una vez que termines de pagar la primera, pasarás a la segunda que tenga los intereses más altos. Se llama método avalancha porque a la cuota de la segunda, deberías sumarle también la cuota que pagabas en la primera, para terminar abonando más.
Con el método bola de nieve comenzarás a pagar primero la deuda con el saldo más pequeño que tengas en tu registro. Identifícala y paga la cuota mensual, si es un crédito; o, el monto total de la cuota, si es tarjeta de crédito.
¿Y las otras deudas? Nuevamente, ¡no las abandones! Cubre a rajatabla la cuota mensual o el mínimo para que no afectes tu historial crediticio.
Una vez que termines con la primera deuda, pasas a la segunda con el saldo más pequeño. Debes formar una bola de nieve que vaya creciendo para pagar más rápido tus saldos pendientes.
Independientemente del método que elijas, te recomendamos reducir gastos para que puedas hacer frente a tus obligaciones financieras con puntualidad.
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